Los transductores, el ajuste, la portabilidad y el acabado de los AKG K275 son el resultado de muchos años de refinamiento. Además de proporcionar una gran experiencia auditiva, son unos audífonos muy cómodos. Así puedes llevarlos puestos durante horas sin cansarte.
Para llevar el sonido de calidad siempre contigo
Tanto dentro como fuera del estudio podrás disfrutar de un sonido de calidad. Este modelo, al igual que el AKG K175 y el K245, ofrece la mejor respuesta de frecuencia de su clase, con una gran claridad y nivel de detalle.
De este modo no te pasará desapercibido ni el más sutil de los matices. Podrás crear mezclas que funcionen bien en cualquier sistema de reproducción.
La fórmula del AKG K275 se completa con una sensibilidad alta y baja impedancia, lo que permite utilizarlos incluso para la reproducción de música en dispositivos móviles de baja potencia.
Y es que estos auriculares son siempre fiables y preparados para resistir el ritmo diario.
Los transductores más grades de su clase
Los transductores de 50 mm del AKG K275 son los más grandes de su clase para que puedas trabajar a gusto en la edición y la mezcla de música.
Con ellos se crea una mayor extensión de baja frecuencia y la reproducción de los graves es más detallada. El rendimiento de audio es, por tanto, el que esperan profesionales como músicos, productores o ingenieros.
Diseño del AKG K275
El diseño cerrado y sobreauricular hace que los AKG 275 sean ideales para la grabación en estudio y la mezcla en vivo. Además son plegables y ergonómicos para que sean fáciles de transportar y cómodos de utilizar.
Este modelo tiene un buen ajuste porque está pensado para llevarlo durante largas sesiones de trabajo. Por este mismo motivo estos auriculares están diseñados con piezas de calidad y resistentes.
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